Metáfora de la decadencia (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

sábado, 13.06.2020

Ya saben los masoquistas que alguna vez se han dejado caer por aquí, que yo de fútbol, entiendo más bien poquito tirando a nada. De lo que entiendo de verdad es de aburrimiento. Y de frustración y de vendedores de humo.

Es verdad que no tenemos ni la Delantera Eléctrica ni la Stuka ni somos diablos rojos ni leones; tenemos, todos los sabemos, un equipo para mantenernos en Segunda B, pero yo he visto equipos más mediocres, mantenerse en Primera o ganar ligas, así que nada de bajar los brazos ni de ver la botella con un culín nada más.

Desde mi más profunda ignorancia, me gustaría –insisto-, desde mi más candoroso analfabetismo futbolero, descifrar el misterio de a qué juega el Alba. Yo, no lo sé.

A pesar de alguno de los tuercebotas que se enfundan nuestra honrosa zamarra, no estaría de más que a la hora de plantear la táctica, se tuviese en cuenta la portería rival y que, alguien que sepa, les indique a los nuestros, que se trata de meter la pelotica en los palos de allá a lo lejos, no sólo de evitar que nos la enchufen en los palos estos que tenemos aquí, tras nuestros glúteos. Cómo nos pesan los glúteos, o esa es la sensación que queda a los que miramos atónitos en la lejanía.

Añoro eso tan poético de morir matando, ¿tan malos somos que somos incapaces de ponernos el cuchillo entre los dientes y que sea lo que Dios quiera?

Da cierto rubor ver a los nuestros alicaídos, esperando que nos marquen (suele suceder) y luego ver el campo inclinado y saber que ya es imposible. Que nos hagan un gol, no es ningún drama, es lo normal, lo anormal es no buscar nosotros lo propio. Como el rival lo sabe, pues a poco que acelere encuentra premio y a dormir, no le compensa gastarse en buscar un segundo, puesto que sabe que el Alba está imposibilitado para atacar, de marcar ni hablamos. Debe haber alguna norma, que dice que el Alba no puede pasar al campo rival, como mucho con algún pelotazo, que indefectiblemente se irá al guano.

Somos una banda, pero insisto, he visto orquestas tocar en las fiestas de mi pueblo, que aun perpetrando pasodobles, han hecho llorar a mis paisanos, así que, nada de desánimos. Además, ya tenemos cuarenta y cinco minutos de pretemporada hechos. Es una ventaja, ¿no?

No me resisto a dedicar esta colaboración a los buenos, tiernos y democráticos aficionados de la no menos tierna y democrática ralea de bucaneros (la k, me parece patética), que tarde tras tarde nos regalan sus vómitos y exabruptos. Me parece indigno que la prensa no se cebe con ellos, puesto que por mucho que la mona se vista de seda, fascista se queda. Pero bueno, ¿qué se puede esperar de la prensa?

Reitero que me gustaría algún día ver al Alba atacando porque, entre otras cosas, así se generan dinámicas positivas y no catastrofistas, puesto que si jugamos a que no nos metan, sin quererlo estamos llamando al derrotismo.

Esto se soluciona con una aspirina y la lectura rápida de algún libro de Paolo Coelho.