El otro club de la familia Kabchi (propietaria del Albacete) tampoco levanta cabeza

Escrito por: Hugo Piña

domingo, 20.12.2020

Edmundo Kabchi es propietario del Albacete Balompié y de Boston River. Entre otros negocios, el adinerado empresario cuenta con dos proyectos deportivos que en la segunda mitad del año le están dando verdaderos quebraderos de cabeza. A la ya consabida situación (deportiva) del Alba se le une también la de Boston River, penúltimo en el Apertura de la liga uruguaya y que cuenta con un valor aproximado de 11,5 millones de euros para esta temporada.

No está siendo el año. Es así y solo queda aceptarlo, aprender de todo lo acontecido y mirar hacia delante. El 2020 se cerrará para todos y también para la familia Kabchi, que comprueba cómo su inversión en Albacete y en el fútbol profesional se tambalea como consecuencia de un proyecto en el que lo institucional está brillando con luz propia pero en lo deportivo está hipotecado por un grupo de jugadores que no da la talla.

Se espera, de hecho, que sea la familia propietaria del Club quien ejecute los cambios necesarios entre diciembre y enero para intentar reavivar un Club en el que los apesadumbrados aficionados locales atisban su regreso a Segunda B (Primera División Nacional RFEF la próxima temporada).

Pero por si esto fuera poco para la familia Kabchi, también está el Boston River, equipo que compite en el Apertura de Uruguay y que se ha situado en penúltima posición. El ‘Loco’ Abreu fue su entrenador las primeras jornadas pero como ocurriera en Albacete con Lucas Alcaraz y López Garai, se cesó al técnico como resultado de los resultados. Así pues, el «Annus horribilis» de los Kabchi es palpable. Esta expresión es utilizada cuando al finalizar el año las cosas no han salido como se esperaban y para la adinerada familia así lo ha sido (en lo deportivo y también en lo económico en Albacete).

Edmundo Kabchi junto a Fernando Hierro y Raúl González. Imagen de archivo en 2018

Las esperanzas de la familia se centran ahora en el Clausura de la liga uruguaya y también en la remodelación de la plantilla del Albacete entre diciembre y enero. Y es que solo así se puede entender que los propietarios del club manchego (Georges, Edmundo y familia) no dejen morir a un histórico del fútbol español y que como consecuencia de la falta de resultados (es colista y acumula tres entrenadores y dos directores deportivos en 3 meses de competición) lleva camino de regresar al infierno de la B.