Escrito por: Hugo Piña
domingo, 08.05.2022
Difícil relatar como una vez más el Albacete no da la talla a domicilio este curso. Y en esta ocasión, con consecuencias que podrían ser durísimas para el Club. Sin esperanza ni ambición, el Albacete y De la Barrera se dejan casi todas las opciones de ascenso directo en Andorra. ¿Galicia? Más cerca.
La final de las finales. Andorra y Albacete iniciaron un partido donde las espadas estaban en todo lo alto. Líder y colíder habían visto como horas antes el Villarreal B les adelantaba hasta situarse un punto por encima. Y claro, las necesidades para andorranos y albaceteños apremiaba por mantener la condición a falta de tres jornadas.
Con un once distinto al habitual, De la Barrera daba protagonismo a las bandas con Rubén Martínez y Sergi Garcia. En defensa, Eric Montes saltó de inicio en el flanco diestro mientras que Javi Jiménez guardó la zaga junto a Djetei. Y cuando apenas se llevaban ochenta segundos de partido llegó el gol del Rubén Martínez para el Albacete. En la primera internada, el estilete balear definía para adelantar a los blancos ante el Andorra.
Pero poco o nada más se supo del por entonces líder en el Estadi Nacional. El Andorra comenzó a mandar, a dominar y a formular el juego que gusta Eder Sarabia. Transiciones rapidísimas que apenas permitía cercar la medular manchega, que una y otra vez defendía con creces la pelota rival. Sin embargo, Pastor avisaba ya con un gol que le sería anulado por fuera de juego. Corrían apenas veinte minutos y los equipos ya se habían desquitado de los nervios y el zarpazo inicial de Martínez.
Con todo, el Albacete no estaba cómodo, ni tampoco guarnecía su juego cuando mantenía la pelota. Fran Álvarez y Manu Fuster estaban desaparecidos una tarde más y Kike Márquez era el único que rompía en algo la tendencia. El sanluqueño lo intentaba y se pegaba con todos los rivales. Pero no llegaba el Alba a demarcación de Ratti. Y lo que llegó fue el gol del Andorra, Bover no desaprovechó el espacio dentro del área y fusiló a Bernabé. El 1-1 era justo por entonces, con un Albacete incómodo e incapaz, una vez más.
Con empate en el marcador no cambiaron mucho las tornas, y Andorra y Albacete siguieron dirimiendo la partida de ajedrez. Eso sí, los andorranos eran más rápidos y creaban mayor peligro de gol. La falta de un 9 y la ausencia de ideas con balón condicionaba todo en un Alba que se marchaba al descanso aliviado del resultado.
El segundo acto comenzó con mejores sensaciones en ataque para el Albacete aunque Bover definió como no lo hicieron los manchegos cuando la tuvieron. Otra vez la versión a domicilio que hipotecaba a un equipo que sin mucha idea y con una medular insustancial. No había peligro y por ello De la Barrera se decidió por Dani González.
La realidad sin embargo es que el Albacete no reaccionaba, ni al gol rival ni tampoco a lo que se pedía en esos instantes. Una vez más a domicilio se presentaba el equipo B de un Alba que se pegaba un disparo en el pie. La exigencia de este Club y la versión a domicilio no están acorde a lo que se debería poner sobre el campo de juego.
A duras penas llegaba el equipo manchego a portería contraria en un intenso partido que se estampaba en Andorra con el tercero de la tarde. Penosa versión a domicilio del Alba que ni tan siquiera lo intentaba con valor. Increíble lo de este equipo que una vez más y lejos del Belmonte encaja otra derrota, y está la más dolorosa de lo que llevamos de temporada. Con este resultado por cierto el Andorra le ganaría -tambien- el average particular en un difícil pero hipotético empate a puntos. La cosa está en chino, por no decir otra cosa.