El milímetro y el VAR (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

martes, 30.08.2022

Yo no he venido aquí a hablar de los árbitros y, menos aún, a refugiarme en excusas de mal pagador, no. Tengo, además, la coartada de que ganamos, pero caramba ¡qué fácil es pitarle a los pequeños! Hasta que no vea que a los grandes les pasa lo mismo, no me quedaré tranquilo y, sé, a ciencia cierta, que no lo veré; ni yo, ni ninguno de ustedes. Pero no, no me dejen hablar de los árbitros, aunque, menos mal, que la justicia poética, impidió que nos quedásemos con cara de lelos.

Nuestro Alba, se parece al del año pasado muy poco, casi nada, bueno, en nada. Rubén Albés, ha hecho una reforma completa y, nos lo estamos pasando mejor que con tanto tuya-mía-tuya-mía y vuelta a empezar. El partido contra la SD Huesca, nos dejó varias lecturas, empezando por lo apuntado más arriba: nos esperan muchos flautistas y muchos VARes de carretera chungos, nos esperan equipos de postín, nos esperan muchos minutos de sufrimiento, pero nos espera nuestro Alba lleno de ilusión, fe y buen hacer.

Es innegable que ya se nos ha quitado la carita de recién ascendido, el rival estuvo a nuestra merced muchos minutos, corrimos mucho y bien, no dejamos respirar, pero qué difícil resulta cerrar los partidos. Esta vez nos salió bien, pero no siempre habrá final feliz, mas, cuando llegue el caso, con esta apuesta, el público lo va a entender y perdonar. Cuando lo que se ve, es la actitud que estamos viendo en el inicio del curso, pues el personal lo agradece de la forma heroica que lo vimos contra el Huesca. Van a tener que caer rayos, truenos, centellas y pedriscos gordos, para que los albacetistas no estemos pendientes de nuestro equipo este año.

Todos sabemos que la clasificación, hoy, es un puro espejismo y que el objetivo es sumar cual hormiguitas, para cuando llegue el crudo invierno, no vernos como la cigarra. Estos puntos que ya tenemos en el saco, no son, ni más ni menos, que muescas que descontamos de los cincuenta; nada más que eso.

Llevamos, sí, nada más que tres jornadas, con lo que todavía no estamos en condición de proyectar nada, más allá de ver que las sensaciones que llegan desde el césped, son positivas y ya podemos decir que el Alba es uno más de la categoría. Celebremos el hecho de haber madrugado, puesto que yo, no imaginaba algo similar, hasta al menos Navidad y, eso, con un cierto rapto de optimismo, por mi parte, que no soy la alegría de la huerta. Por eso, sigo cauteloso a verlas venir.

Sin embargo, no quiero dejar de decir que me lo paso bien viendo a mi Alba, cosa, que en otras ocasiones no he podido exteriorizar.Ahora padezco más por los que juegan a ser Dios, desde el omnipotente cubículo del “Ojo que todo lo ve”, y me malicio que nos vamos a llevar más de dos disgustos, llegados desde el cuarto oscuro. Dos goles llevamos, tras tres penaltis en contra, insisto: me gustaría ver una estadística similar en los millonarios de los estadios faraónicos.

Yo no quería hablar de los árbitros, y se me ha ido la página llorando por los rincones, desde ya imploro el magnánimo perdón de la audiencia y, en lo sucesivo, procuraré no arrastrarme más. No es una excusa, pero normalmente, estos disgustos los dejo a voces frente al televisor (cuando no está mi mujer), o en el diván del psicoanalista, pero el tipo todavía no ha vuelto de vacaciones. Con lo que cobra por sus consultas, bien puede pasarse una temporadita larga por la Patagonia.