Preparados, listos…… Lugo (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

domingo, 14.08.2022

Ustedes me perdonarán, pero yo vengo aquí a psicoanalizarme y a estas alturas, yo estaba ya dispuesto a verme –otra vez derrotado-, con nobles gentes de allende los mares, las montañas y los valles, pero hete aquí que por mor de un milagro, estamos donde estamos. O sea, que hemos vuelto al lugar que nos corresponde, aunque tal y como está el patio, no sé cuál es nuestro lugar en el mundo.

Por lo pronto, limitémonos a disfrutar el inesperado regalo que nos ha ofrecido la vida: otro año más en la División de Plata, no es moco de pavo, antes al contrario, es una oportunidad de vivir un año entre el oropel y a un pasito de la gloria. No, nos equivoquemos, la gloria se andará, ahora de lo que se trata es simplemente salvar el pellejo y poner los cimientos del nuevo y definitivo Albacete Balompié,ya que son demasiados años de “quiero y no puedo”. Sabemos, si queremos ser autocríticos, que nuestros errores han sido por carencias propias y no, por enemigos extraños y lejanos, por lo que, a poco que nos esmeremos, daremos con la piedra filosofal de nuestra estabilidad y nuestro postrer crecimiento.

El hecho de haber recuperado la categoría tras un año, debería hacernos reflexionar a todos y concluir que, los que nos gobiernan, no son tan torpes o, en el peor de los casos, tienen mucha suerte, que viene a ser lo mismo, aunque no. Humildemente creo que, la suerte, conviene cuidarla y, se me antoja, que el haber recuperado la categoría, si bien ha tenido su dosis de venturoso azar, no lo ha sido todo. Digo, lo que en otras ocasiones, ahora mismo, hay una docena de ciudades que se mueren de envidia por nuestro destino y, como nosotros somos expertos en fustigarnos, no les demos excusas y disfrutemos.

Para empezar toca viajar a Lugo, que ahora mismo, es uno más, o sea, un rival de cuidado, porque si nadie demuestra lo contrario, el Alba, será visto en muchos lugares, como un rival propicio para amarrar seis puntos y con razón, porque, aunque históricos, somos unos recién llegados y aquí, no cuenta el pedigrí del pasado, sino el actual estado de la cuenta corriente. No hay más que ver la composición de la Primera y la Segunda de hoy y de hace treinta años, para ver cuánto ha cambiado el cuento y cuánto tienen que temer los de la clase baja. Los ricos, ya se sabe, siempre son más ricos, pero los pobres, siempre estamos a bofetadas y, mientras no se demuestre lo contrario –y no se demostrará nunca-, los pobres tenemos que remar contra corriente.

Tras la siempre contradictoria pretemporada, poco o nada se puede sacar en claro, más allá de saber que somos once contra once y, si nos ponemos estupendos, no estamos para cortarnos las venas, pero sí habrá que convenir que tendremos que correr y sufrir y apretar los dientes, vamos, como todo hijo de vecino. Alguno de los favoritos al ascenso sufrirá algún gatillazo, con lo que seguro que alguna, en principio, perita en dulce, saldrá respondona y dará guerra; no digo que vayamos a ser nosotros, pero lo que está claro es que la Segunda División es un totum revolutum y que todos estamos en igualdad de condiciones. Eso sí, el Alba, necesariamente debe asumir su condición de candidato al descenso y no pasar de ahí, hasta que hayamos llegado al umbral de los cincuenta y tantos puntos. Todo lo que sea sumar y restar sin haber guardado la ropa, serán castillos en el aire.

A ciencia cierta, lo único que tenemos es un bloque, recién salido de la Primera RFEF y un entrenador que conoce como nadie al primer rival, no hay mucho más de dónde tirar. Los masoquistas que me leen, saben que suelo ser amarrete y que me conformo con sumar, así que, fiel a mi tradición, no me disgustaría sumar, aunque sólo fuese un puntito. Lo digo desde el más puro desconocimiento de lo que nos vayamos a encontrar en la lejana Galicia, que tan gratos y recientes recuerdos nos trae.

Rubén Albés, tiene una ocasión de empezar a mostrar el porqué de su apuesta manchega, ante uno de sus amores de toda la vida. Ya habrá ocasión para los reproches, lamentos y críticas, ahora mismo y, antes de que se levante el telón, preparémonos a disfrutar de nuestro Alba, a sabiendas de que el año que nos espera, será todo, menos tranquilo. Por mi parte, que no quede:

¡Aúpa Alba!