Escrito por: Bienvenido Picazo
lunes, 26.09.2022
Ha dejado ya dicho Rubén Albés, que un punto en Segunda es puro caviar, mal que nos pese por lo sucedido contra el FC Andorra, no se puede estar en desacuerdo con nuestro míster. De seis posibles puntos al calor del hogar, sólo hemos obtenido uno, y gracias. Bueno, ¿y qué?, ¿no habíamos quedado en que lo nuestro es salvar el pellejo? ¿pretendíamos, acaso, llevar la corona de laurel antes del otoño? ¿quizá nos veíamos ya en Primera?
Un poquito de “por favor”, que somos el Alba, que acabamos de llegar y que, sin haberse cumplido ni siquiera un cuarto de campeonato, tenemos a muchos por detrás.
Sí, no vayamos a engañarnos, tras el subidón del principio, ahora estamos haciendo un fútbol algo menos vistoso, aunque está claro que, en todos los partidos hemos tenido ocasiones de sobra, para haberlos solventado a nuestro favor. Se nos olvida, a veces, que estamos jugando en el patio de los mayores y que aquí, no hay nadie que nos vaya a proteger o mimar y que, el más mínimo desliz, nos cuesta tres puntos.
Seamos realistas y asumamos que no vamos a subir a Primera, pero asumirlo con naturalidad; no es ningún desdoro y conviene olvidarnos de veleidades que, a día de hoy, están por encima de nuestras posibilidades. Tenemos que concentrarnos en sumar, aunque sea de uno en uno. Y, por supuesto, sigamos tratando de jugar bien al fútbol, no abogo, de ninguna de las maneras por el patadón o por poner el autobús, eso sería pan para hoy y desastre para mañana.
Quedémonos con el punto, porque no vamos ahora a castigarnos con la ventaja perdida o en detalles, que nos llevarían a descubrir que casi perdimos. O sea, tenemos mucho que festejar.
Todavía no ha llegado el momento de lamentar nuestra suerte,porque si algo bueno tiene esta categoría, es que te deja esperanza, hasta bien entrada la primavera. Más que ganar, hay que ser fuertes mentalmente, porque los baches y disgustos son inherentes a un equipo como el nuestro, pensar que somos más de lo que somos, no nos llevará nada más que a la frustración.
Todo lo que tenemos que hacer es recordar en qué pensábamos antes de empezar la liga, así nos daremos cuenta de que no estamos nada mal. Hemos empatado un partido, que no ha sido nuestra mejor prestación, con lo que, ahí tenemos otra lectura positiva. En Segunda, se puede perder jugando primorosamente y se puede ganar haciendo partidos grises, lo que hay que tener es siempre mucha concentración y leer los partidos convenientemente. Esto es fútbol, sólo cuenta meterla en la puerta contraria.
Sólo llegaremos a tiempo a la meta, si nos sobreponemos a los disgustos, lamerse continuamente las heridas, no sirve más que para la autocompasión y, eso no es serio. Como tampoco resulta serio, perder la compostura cuando el reloj lleva las manecillas al minuto noventa. Ya sabemos que nuestros partidos duran cien minutos, así es que, a partir de ahora, en los entrenamientos convendría interiorizar esta realidad. Tenemos que empezar a jugar media hora antes del inicio y darlo por terminado, cuando ya nos hayamos duchado.
Son demasiados partidos, en donde el resultado final, no se decide hasta el minuto noventa y muchísimos. Ojo con esto, porque puede marcar nuestro devenir y nuestros biorritmos.