Escrito por: Bienvenido Picazo
lunes, 07.11.2022
No quiero dar pábulo ni a las excusas, ni a los lamentos, y mucho menos repetir la cantinela habitual en estos casos, pero me temo, que no tengo ni mucho margen, ni mucha imaginación, ya que lo visto en el Belmonte fue, probablemente, el mejor partido de la temporada, no de estos contendientes, sino de los veintidós que componen la categoría de plata. Albacete Balompié y Levante UDde Valencia, demostraron, cada uno en su nivel, de lo que son capaces.
Los vecinos valencianos, no defraudaron, llegaban a nuestros dominios con toda su aura de potentados y, empezaron a repartir, con donosura y solvencia, invitaciones para verlos en Primera el año que viene. Pero nuestro Alba no le anduvo a la zaga y, a pesar de nuestras carencias, viajes interminables y semanas comprimidas, se desempeñó con bizarría. Nos podrán partir la cara, pero nunca humillarnos, el Alba, es uno de los mejores de la categoría, ayer, volvió a dar una lección de hombría, fútbol y resistencia psicológica. Frente a un Primera, por momentos el tuteo a los granotas, engrandeció el Belmonte.
Se rompió la impecable serie de partidos sin perder, pero por cómo fue y contra quien, no tiene la menor importancia, lo destacable es que seguimos jugando al fútbol y compitiendo de tú a tú contra todos. Ahora toca no caer en la melancolía, salir del berrinche y prepararse para los próximos compromisos; como consuelo, queda saber que pocas veces nos vamos a encontrar equipos tan sólidos, pero como aviso, habrá que colegir, que en Segunda, hay otros equipos, que también podrían jugar en Primera. Anoche, por momentos, el choque parecía de una categoría superior. Se hace imperativo pasar página cuanto antes y evitar dormirnos en los laureles, seguro estoy que Rubén Albés, sabrá contener a sus jugadores y no les dejará que se crean ningún halago que les pueda caer del cielo. El Alba está condenado a seguir remando.
Cuesta entender cómo nos cuesta tanto ganar, aunque no es tras el partido contra el Levante, cuando conviene hacer este tipo de consideraciones, pero sí, el Alba hace mucho, pero obtiene poco rendimiento. Sin duda es, porque hay muchos buenos equipos y, nosotros, a veces, no estamos finos.
Por más que nos duela, y duele, esta derrota, no debe procurarnos ninguna desazón o quebradero de cabeza. Tiene varias lecturas positivas, entre otras, el hecho de confirmar que no estamos en Segunda por casualidad y que, en cuanto tengamos el santo de cara, nos vamos a asentar en la parte noble.
Mención especial merece la afición blanca que, a pesar de los pesares, sigue apoyando a nuestro Alba; cuando del césped emana compromiso, emoción y buenas maneras, la grada se entrega. También se ha ganado un respetuoso saludo, la afición que se desplazó desde Valencia, que no dio ninguna extorsión y se comportó, como lo deben hacer las personas decentes que van al fútbol a apoyar a los suyos y a respetar al contrario. En Orriols, como es de rigor, haremos lo propio.
Toca felicitar al Levante, con respeto y darnos cita en el partido de vuelta, que si Dios no lo remedia, será un duelo entre gallitos y, ¿quién sabe?, a lo mejor entre aspirantes. Ellos seguro, nosotros, veremos. No quiero que se me suba el pavo, pero veo a nuestroAlba, con muy buena cara. Y eso, que perdimos.