Escrito por: Bienvenido Picazo
martes, 24.01.2023
Remite la Real Academia al término “chulería”, cuando uno busca el significado fetén de “chulo”. Los sabios del idioma nos recuerdan que “chulería” quiere decir “cierto aire o gracia en las palabras o ademanes”, sin embargo, en su segunda acepción, nos habla de “jactancia o arrogancia”. Como quiera que nuestro entrenador ha usado este término en algunas ocasiones, sin ir más lejos, para referirse al ambiente que desea para el domingo en casa, quiero creer que se refiere a la primera, o sea, a la gracia de los ademanes, porque en Albacete no sabemos ni de jactancias ni de arrogancias. Ni queremos saber.
En Siberia, el Albacete Balompié enseñó la patita y ya no puede ir tirando pellizquitos de monja. Lamento ser tan crudo, pero decir otra cosa, sería negar la evidencia. Hizo en Andorra, a mi juicio, una primera parte inteligente, abnegada, encomiable y no pasó ningún apuro ante el equipo más abusón de la categoría; más abusón y más sobón. No me aburrí en absoluto, porque el ajedrez no es el carnaval de Río, y aunque es fútbol, lo que propusieron andorranos y manchegos, fue mera estrategia en el tablero verde. El buen aficionado, imagino que disfrutó, el futbolero medio, se aburriría como una ostra, pero es que el balompié tiene estas cosas, es tan imperfecto e injusto, que el árbitro no puede pitar “pasividad”. Así pues, cuando se le pusieron las cosas de cara, el Alba dio un paso adelante, y cumplió con su obligación, que no era la de ganar, era la de querer ir a por el partido. A veces, la superioridad te bloquea -ya lo hemos vivido-, pero en Andorra, los de Rubén Albés, quisieron y pudieron, no siempre es así, pero se vio actitud.
El partido del Alba, con todos los imponderables que surgieron, fue muy notable, leyó bien todo desde el principio y, hasta el final, cuando los locales se pusieron respondones, tuvo algo de suerte, pero supo capear las oleadas. A mí me da, que el estado actual del grupo, propicia partidos tan solidarios y aplicados como el del Principado. Cuando estamos justitos de moral, no se suelen ganareste tipo de duelos. Se ve desde lejos que Albés, está sacando petróleo de su plantel, la nueva racha que está encadenando el Alba, no puede ser fruto de la casualidad. Seis partidos sumando, apenas dos goles encajados, instalado en puestos cimeros, jugando muy bien al fútbol, con pasajes ciertamente deliciosos y una actitud asesina (canalla, dice Albés), han hecho del Alba, un equipo muy a tener en cuenta.
Quedan once puntos todavía, es pronto para soñar porque enSegunda, no hay grandísimas diferencias entre los de arriba y los de abajo y, porque las rachas van y vienen.
Lo mejor de nuestro equipo, no son sus números, que, aun siendo excelentes, se dejan ganar la partida por la actitud y la cautela con la que todos viven el momento. No se ve ni de lejos, asomo de jactancia o arrogancia, sólo se ve la chulería propia del aire prudente y gracioso de las palabras, que los responsables de nuestro Club, semana tras semana, tienen a bien transmitirnos.
A nosotros nos toca disfrutar y soñar, pero sabiendo que todavía no hay nada cerrado. Y, aunque el descenso queda a una distancia prudente, conviene no volvernos locos y seguir haciendo la hormiguita. Quedan cuatro victorias para certificar el éxito, pero si empezamos a perder el respeto a los rivales, estaremos perdidos.
Sigo viendo a Albés, y a todo el plantel, evitando absurdas euforias, esa es la mejor noticia en un momento, en el que nuestro Alba nos está deleitando y poniendo los dientes largos.