Escrito por: Rodrigo Quero
lunes, 27.03.2023
Rubén Albés, ha demostrado ser un gran estratega y tener un buen ojo para los cambios durante los partidos. Este acierto ha sido clave para el éxito reciente del equipo y se está convirtiendo en uno de los pilares fundamentales del rendimiento del equipo.
El último partido contra el Real Zaragoza fue un buen ejemplo de ello. Después de encajar un gol tempranero en el segundo tiempo, Rubén Albés realizó un triple cambio que tuvo un gran impacto en el equipo. Además de cambiar jugadores, Albés también cambió el sistema de juego, lo que tuvo un efecto inmediato en el rendimiento del equipo.
La defensa de tres centrales con Ros, Djetei y Lander Olaetxea le dio al equipo una mayor solidez defensiva y permitió a los laterales tener más libertad para unirse al ataque. Esto se tradujo en un juego más ofensivo y en el gol del Albacete BP, que llegó por un centro de Juan María Alcedo y un remate de Carlos Isaac.
Pero no solo fue el cambio de sistema lo que funcionó bien para el equipo. Rodri Alonso, que entró en el triple cambio, formó una dupla de jugones con Riki Rodríguez en el doble pivote y disputó muy buenos minutos. Este cambio en el centro del campo también fue clave para el rendimiento del equipo, ganó más control del balón y en fase ofensiva Lander Olaetxea se despegaba de la defensa de tres para juntar más jugadores en el centro del campo.
Rubén Albés y su cuerpo técnico han demostrado ser muy hábiles a la hora de realizar cambios durante los partidos. Han sido capaces de leer bien el juego y hacer los ajustes necesarios para que el equipo tenga éxito. Esta capacidad para adaptarse a las circunstancias es fundamental en cualquier equipo de fútbol y Rubén Albés ha demostrado tenerla en abundancia.