Escrito por: Bienvenido Picazo
jueves, 13.04.2023
No sé si la visita del líder será el penúltimo clavo que nos crucifique o el inicio de una nueva escalada, pero qué más nos da, si el Alba cumplió con su principal objetivo hace ya varias jornadas. Es absurdo negar que estamos disfrutando, porque estamos hablando de nuestro Alba y de la posibilidad de subir a Primera, no de ningún fracaso, seguimos viendo a los nuestros con porte de mayores empresas, nos van a poner el Belmonte como si fuésemos a jugar la Liga Europa y, en fin, que estamos tranquilamente instalados en la certeza de que, en el peor de los casos, vamos a jugar en Segunda el año próximo. ¿Son o no son motivos para estar felices? Pues eso, quedémonos con eso y si podemos rascar algo bueno, bien, pero si no, dejémoslo correr y no caigamos en la depresión.
Con la propiedad implicada y el cuerpo técnico y la base de jugadores que tenemos, estamos capacitados para consolidar el proyecto Albacete Balompié, y pasar una década dando brincos de alegría y festejando éxitos.Tenemos mimbres de sobra para edificar un Alba que se eternice en el fútbol profesional.
Nuestro inmediato rival: la SD Éibar es un buen espejo en donde mirarse, un equipo de pueblo, vecino de grandísimos presupuestos y ahí lo tienen, lleva tres décadas asentado entre los grandes y preparando un club de lo más sólido. No ha tenido los vaivenes que nosotros y sus cuentas, cierto que, ayudado por su más que ventajoso régimen fiscal, son equilibradas y ya se mueve entre la elite con naturalidad. Hay varios equipos en toda España que podríamos estudiar a fondo, para copiar y replicar sus evoluciones. Veo en el Alba actual, o quiero ver, movimientos que nos podrían trasladar a esas sociedades que, sin estar en grandes ciudades, se mueven con donosura compitiendo contra los grandes millonarios.
Esta temporada debe servir como punto de inflexión y, sin perder de vista la clasificación, ver por dónde van los tiros del nuevo fútbol que se avizora. Se habla mucho de los palcos VIP con que van a engalanar nuestro estadio, si hay que ponerlos para sacar algunos cuartos extra, pues que se pongan; el añorado deporte que conocimos en el siglo pasado, ya ha pasado a mejor vida, no tiene mucho sentido tratar de competir con los demás, con las reglas del blanco y negro.
Creo que imperiosamente debemos luchar, hasta el último aliento, por subir, pero no debemos volvernos locos. Hemos perdido un poco nuestras constantes vitales y, estos despistes, los estamos pagando demasiado caros.
Aunque salgamos derrotados, seguiremos con posibilidades, pero ya se nos pondrá cara de perdedores, yo, les confieso que ya no sufro, me duelen las derrotas, pero el gozo de ver a los nuestros ahí, supera los berrinches de otras temporadas. Imagino que me consideran un perdedor, pero, aun asumiendo el calificativo, me doy con un canto en los dientes por seguir en Segunda. Pero, también les digo que, si el Éibar quiere ganarnos, tendrá que jugar muy bien, si no, no sacará nada de nuestra casa.