Se acabó el cuento de hadas, que nunca llegó a serlo del todo (Opinión)

Escrito por: Bienvenido Picazo

viernes, 09.06.2023

Fue hermosísimo mientras duró, de eso no cabe la menor duda. Muchas gracias a todos los que han hecho posible que el Albacete Balompié nos haya regalado unos meses inolvidables. La ciudad, la provincia y toda la región, han vuelto a reencontrarse con el optimismo y la alegría tras años de buscar el camino dando algunos tumbos, que nos han tenido viviendo en el alambre. Esta temporada nos ha demostrado que es posible, con tesón, trabajo, estudio, imaginación y algo de suerte, que la sonrisa pueda volver a habitar entre nosotros y, claro, hacernos soñar.

Este curso nos ha deparado media docena de jornadas para recordar y la afición ha vuelto a creer; sobre estas bases, inexorablemente, el Alba tiene que configurar su futuro próximo. No hay atajos, tampoco milagros, la semilla ya se ha plantado, hay que regar, cuidar los brotes, labrar, quitar las malas hierbas y esperar, pacientemente, para recoger el fruto a su debido tiempo.

Hace menos de un lustro, ya pasamos por el éxito de jugar, y perder, la promoción y la resaca posterior, nos costó un severo disgusto, imagino que ahora, las cosas se harán de otra manera. Desde ya, me aventuro a dar mi impertinente consejo a quien me quiera escuchar: el sentido común debe quedarse entre nosotros. El Albacete está obligado el año que viene, nada más y nada menos que, a mantener el equipo en Segunda. Todas las elucubraciones que queramos pasan ineludiblemente por esta premisa. Primero los cincuenta puntos, después lo que sea menester, pero no perdamos de vista el único objetivo que debe guiar nuestros pasos.

Tiempo habrá para analizar en profundidad, todo lo que ha dado de sí esta temporada, ahora es tiempo de reposo y gozo por el logro y disfrutar con calma de la buena gestión de toda la institución. El orgullo por el trabajo bien hecho, está muy por encima de la eliminación final, hay que felicitar al justo vencedor, el Levante UD nos ganó y aquí terminó el año que hemos vivido tan alegremente.

Debemos desconectar de todo el aluvión de emociones y debemos quedarnos con el hecho de que el Alba tiene el apoyo de una afición irrepetible. Con todo perdido, la alegría, los bailes, los aplausos, la felicidad en suma, sólo está al alcance de aquellos que saben reconocer, con tamaña generosidad, todo lo que se les da. La fiel afición albacetista se merecía, de largo, un año como el que nos ha tocado vivir. Todos sabíamos que era muy difícil y, hasta el día de la fecha, todavía no he oído ningún reproche agrio ni ningún lamento fuera del tiesto. Todos sabemos quiénes somos y adonde queremos ir porque sabemos que, hasta hace nada, éramos carne de cañón, de ahí que, para sorpresa de muchos extraños, la afición ha mostrado cordura y alegría en la misma proporción. Lo vivido en Valencia, refuerza la impresión de que el Alba, tiene lo más importante que puede tener una institución deportiva: afición comprometida y sensata.

Sabemos muy poco de lo que nos espera para el año que viene, mas no es momento ahora de hablar de eso. Lo único que podemos decir es: gracias Alba, enhorabuena y, no perdamos ni el sendero de la cabeza, ni el del corazón.