Diez mil y muchos (Opinión)

En plena pretemporada, el Club ha puesto pie en pared y reclama al Ayuntamiento, al menos, que procure evitar la acumulación de sanciones. Aunque, a día de hoy, se nos antoja que, si todo sigue igual, seguirán llegando puntualmente las multas que impone LaLiga. Nada hace prever que la hemorragia se vaya a taponar, así que conformémonos con que nos dejen jugar en el Carlos Belmonte, porque ya me contarán ustedes cuáles son las alternativas.

Sin duda, es la nota lamentable de una situación que no es nueva, pero unos y otros se han pasado la patata caliente, sin muchos miramientos. Ahora que parece que nuestro Alba, se va a consolidar como institución bien regentada, resulta que los poderes públicos, siguen sin acudir en su ayuda. Me gustaría saber cuánto es el impacto económico del Alba jugando en Segunda o jugando en Tercera (¡basta de eufemismos!), seguro que en el ayuntamiento o la cámara de comercio tienen los datos, con lo que no estaría de más que les dieran publicidad. Más que nada, para repartir responsabilidades. El Alba, ha tenido gestores buenos, regulares y, ejem, lamentables; estos que comandan ahora, no lo están haciendo nada mal, sí, sí, ya sé que lo podrían hacer mejor, pero pasarían con nota la comparativa, con nuestros mejores años.

No abogo por que la corporación municipal se salte a la torera sus obligaciones, sus pliegos, sus tiempos y la legalidad, en absoluto, sólo pido que no arrumbe en el cajón de las “terceras prioridades”, al Albacete Balompié.

Los entrenamientos siguen su curso normal, los ensayos empiezan a dar buenas señales y, aunque todavía no está cerrada la plantilla, sí tenemos la confianza en que el esquema y el bloque se van a mantener. Los que vienen, saben dónde lo hacen y el cuerpo técnico los trata a todos por igual, aunque, y no quiero ser reiterativo, queden algunos puntos suspensivos. Además, también entre la gente de la cantera hay algunos que apuntan maneras, confiemos en que sigan aprendiendo y tengan paciencia.

La nota más que positiva del verano, es la enorme cantidad de gente que se ha agolpado en busca de su abono, ya que la ilusión que despertó el Alba 2022-23, ha tenido un efecto arrastre que ha llevado a superar de largo los diez mil abonados. No podemos estar a la altura de los seis o siete intratables, con los que vamos a compartir viaje, así pues, que nadie piense ya que vamos a repetir hazaña, pero visto lo visto, se va a tratar de hacerlo. Quiero destacar, en este punto, toda la prudencia que sale desde todos los estamentos del Club.

A la afición le toca ilusionarse, pero a la Institución, le toca ponderar y no vender humo. El objetivo es la permanencia, cualquier otro análisis, es necesariamente una expresión de deseo, sin mucho fundamento a estas alturas.

En suma, el verano está transcurriendo con cierta normalidad, quedan varias semanas para que empiece el baile de verdad, pero los quejidos y gritos de auxilio del Alba hacia el Ayuntamiento, ya empiezan a hacerse cansinos. Yo creo que debe de haber una solución ¿no?