Escrito por: Bienvenido Picazo
jueves, 31.08.2023
Sigo sin entender por qué al fútbol se le permite transgredir las leyes, por qué la Uefa, la Fifa, las federaciones y demás entes parasitarios, viven al margen de las obligaciones y deberes del resto de la gente. ¿Por qué los futbolistas no son tratados como unos trabajadores cualesquiera? ¿Por qué sólo pueden cambiar de equipo en determinadas fechas? ¿No hay libertad de movimientos para los trabajadores en la Unión Europea? Los clubes siguen siendo cómplices necesarios de todo un entramado, con demasiadas sombras. ¿Por qué los agentes siguen ejerciendo de garrapatas agarrados a un sistema perverso que les permite controlar el mercado y, en algunos casos, hacerse millonarios? Demasiados porqués para una actividad (el fútbol), que, seguirá bajo sospecha por seguir conservando unos privilegios que huelen más al medievo, que a las moderneces esas que pregonan sin empacho en cada transmisión televisiva. Muchos colorines y muchas cámaras y micrófonos en los vestuarios, pero de lo importante no se habla.
Entre lo lentos y aburridos que son la inmensa mayoría de los partidos y los comportamientos poco o nada ejemplarizantes de los estamentos que se encargan de todo este circo, me gustaría saber hasta cuándo va a durar el trampantojo. Las nuevas generaciones, no sé si van a soportar tanta elefantiasis.
Pero resulta que, entre rumor y rumor, se nos presenta todo unReal Valladolid, equipo que hasta hace unas semanas competía con lo más granado del fútbol europeo y que ha empezado la competición, un poco renqueante. El caso es que recibimos a otro serio candidato al ascenso y con las primeras apreturas, en este caso, por ambos lados. Si conseguimos juntar en el partido, los buenos momentos que hemos visto de los nuestros, podemos estar tranquilos, pero imagino que los del Pisuerga, también traerán las mismas intenciones, con lo que se adivina un partido de lo más igualado, que se decidirá por algún detalle.
En una competición tan larguísima como es la Segunda, no convendría empezar a hablar de crisis o baches, además, tras el cierre definitivo del baile de los fichajes, imagino que ya los nuestros se centrarán en lo meramente futbolístico y se dejarán de cábalas. Hay que empezar a chutar a la red, que ya va siendo hora y a poner cuatro candados a nuestra puerta, que parece un agujero negro.
La semana habrá servido para hacer autocrítica, calmar los espíritus y evitar que cunda el pánico, pero me temo que la mejor manera de hacer terapia es ganar y ganar y ganar, que está muy bien, sí, pero también es bueno jugar bien. Las victorias se pueden dar de muchas maneras, hasta de churro; sin embargo, tratando con mimo la pelota, aunque los triunfos se demoren, a largo plazo, es mucho más razonable y da mejores réditos. Yo creo que la victoria anecdótica es mucho peor que jugar bien. A nadie le gusta perder, pero ganar de cualquier manera, tampoco es serio.
En cuanto la suerte deje de sernos esquiva, las cosas empezarán a enderezarse, porque sigo aferrado a la idea de que el grupo que nos ilusionó hace tan poco tiempo, no puede haberse olvidado de jugar al fútbol. Y, quienes urdieron todo aquello, quiero creer que siguen con el mismo entusiasmo y soñando con superarse.
Afrontemos al Valladolid, como lo que es: un equipazo, asumiendo, eso sí, que habrá que correr, sudar y esmerarse, porque es un equipo más de Primera que de Segunda.