Escrito por: Bienvenido Picazo
viernes, 11.08.2023
No quiero empezar poniéndome la venda antes que la herida, pero no me negarán que empezamos el campeonato jugando contra el gran favorito, no sólo para el ascenso directo, sino para cantar el alirón: el RCD Espanyol de Barcelona. Los Periquitos, en su última comparecencia en Segunda, también empezaron su periplo contra nosotros. Esperemos que lo de ahora, no acabe como entonces.
Los blanquiazules, prácticamente, están en crisis desde que los nuevos dueños tomaron posesión. Sospechosamente, los equipos que caen en manos de propietarios extranjeros, no lo pasan bien. Quizá el Alba, sea una excepción. Pero dejemos las cuitas internas de las sociedades, para centrarnos en lo que realmente importa a muy corto plazo.
Dicen que tampoco el Espanyol ha hecho una pretemporada para tirar cohetes, pero a mí no me la dan, ya que son los grandes favoritos y contra el Alba, inevitablemente, tendrán esa vitola. A todos los efectos, siguen siendo equipo de Primera, así que vamos a tratarlos como lo que son.
Se nos ha quedado un regusto algo amargo, al ver los resultados obtenidos por nuestro Alba durante la preparación, pero no debe importarnos, porque así nos hacemos a la idea de lo que tendremos por delante. Haber completado una temporada tan brillante como la pasada, no sirve de nada en Segunda, ya que salvo cuatro o cinco, no hay favoritismos a priori. Los recién llegados, ya lo hemos visto, apuntan buenas maneras; los que han descendido porque hasta hace nada, estaban jugando contra lo más de lo más y, los de la clase media, por eso, porque cada año, hay un par o tres de equipos que deciden hacer un temporadón. Así pues, dejemos de lado nuestro brillante pasado y hagamos borrón y cuenta nueva. Si ponemos el listón demasiado alto, a lo mejor nos damos una costalada, tomemos los resultados de las pachangas veraniegas, como el mejor bálsamo para relajar los espíritus y dejarnos de ascensores. Nuestro sino son los cincuenta puntos, de tres en tres o de uno en uno, en casa o fuera. Es lo que hay.
El personal está, lógicamente, excitadísimo con los once mil abonados, pero debemos estar avisados, al Alba se le da muy mal eso de salir rodeado de grandes expectativas, cuando mejor nos hatratado la historia, ha sido cuando hemos ido de tapados, sin ir más lejos, la temporada pasada. Tratemos de no hacer mucho ruido y dejar que los gallitos del pelotón, que hay unos cuantos, tiren del grupo y se desgasten.
Lo que más preocupa es la facilidad con la que nos marcan, eso nos condenó el año pasado y, todavía no lo hemos corregido. Quedan algunas semanas para que se cierre el mercado, o sea, que no debemos descartar ninguna sorpresa, aunque yo me conformaría con que no se nos llevasen a nadie más.
Se inaugura la temporada oficial en un Carlos Belmonte que sigue, tal cual lo dejamos el curso pasado, recibimos a un visitante de postín y tenemos todavía el reciente recuerdo que nos dejaron los de Albés; tenemos todo lo que se necesita para la esperanza, pero si perdemos el sentido de la humildad, lo habremos perdido casi todo.
A estas alturas, y sin saber cómo nos irá, sólo podemos decir lo de siempre: ¡Aúpa Alba!