Partido con altibajos, pero victoria merecida (Opinión)

Lo que podría haber sido un paseo, terminó como suele ser habitual en Segunda. El Burgos CF, que se ausentó durante la primera parte, nunca se fue del partido y, con una acción aislada, se puso el mono de trabajo y, nos volvió a recordar que, en esta categoría, quien se echa un rato la siesta, lo paga muy caro.

Estos partidos deciden los campeonatos, quiero decir que, estos partidos que no son particularmente brillantes, conviene sacarlos adelante, porque es fácil que se atraganten. El Alba está en un nivel tan positivo, que podemos encarar a cualquier rival con garantías, lo que no hace tanto, se nos convertía en pesadilla, ahora ya no se nos extravía. Hemos jugado mejores partidos y se han perdido, pero debemos rescatar la madurez de los nuestros, que siguen firmes en sus planteamientos. Hasta nos funciona la estrategia del balón parado, aunque es lástima que se nos castigase también con este tipo de acciones.

El Burgos, que no es el mismo cuadro que el del año pasado, sigue mostrándose rocoso, su solvencia en Segunda le obliga a misiones de más enjundia, pero le está pasando, en cierto modo, como al Alba, que lejos de su campo, se llena de dudas y no termina de arrancar.

El Albacete sigue sin encontrar premio a tanto ataque y, consecuencia de este déficit es que los partidos se suelen envenenar. Otros equipos, con muy poco consiguen jugosas rentabilidades, sin ir más lejos, los burgaleses que, con apenas dos zarpazos y medio, a punto estuvieron de meternos el miedo en el cuerpo. Da mucho coraje ver que nos sigue costando más de la cuenta ver puerta.

Lo importante es que el equipo se está instalando, lejos de la zona que tanto quema por abajo, aunque, tras apenas seis jornadas, no se deben sacar conclusiones.

El Alba sigue mostrándose como un grupo sólido y aguerrido que está haciendo las cosas con mucha cabeza, empezando por querer jugar bien al fútbol y huyendo de los atajos del “pan para hoy”. Se ve que hay un proyecto que abarca a toda la Institución que, felizmente, también incluye el tratar bien la pelota. Todos, por supuesto, la afición incluida, estamos interiorizando el mensaje: hay que ganar, pero jugando bien, el cuerpo técnico lo transmite machaconamente a los jugadores, de ahí que los nuestros, pierdan poco tiempo en el juego subterráneo, en protestas, en engaños, o en desesperantes pérdidas de tiempo. Daba gusto, por ejemplo, ver a alguno de nuestros zagueros, merodear el área contraria, cuando lo común, con un marcador ajustado, es amarrar a cualquier precio la victoria. El Alba no vive de la racanería, el Alba quiere vivir de la creatividad y la ofensiva al marco contrario, atacando con sensatez es como se aleja el peligro, no con pelotazos sin sentido o mareando ridículamente al árbitro. En nuestro Alba, no debe haber cabida para los especuladores ni los tramposos.

El del Burgos, no fue el mejor partido, pero si analizamos con tranquilidad lo visto, debemos concluir que estamos en el buen camino y que es en partidos como ese, donde se deben calibrar nuestras posibilidades.

Nos quedan cuarenta y dos.