Escrito por: Bienvenido Picazo
viernes, 20.10.2023
Estaba el otro día viendo el partido de la Selección y me preguntaba si algún elemento de los nuestros podría dar la talla en tamaño elenco. Es cierto que el Albacete Balompié juega en Segunda y que la propia ciudad de Albacete y su provincia, no dejan de ser eso, lugares de segunda, así que de aquí poco puede salir que pueda aportar algo a los sobrevaloradísimos galácticos o los negreiros que han gozado (y gozan) de las prebendas y regalías que les llueven desde las alturas. Nada nuevo bajo el sol. Pocos campeonatos tan manoseados y pervertidos como el español.
Pero no, yo no quiero hablar de los que pudren todo lo que tocan, aunque se me antoja inevitable, porque estaba pensando, insisto, mientras veía a los nuestros desempeñarse en Oslo, pensaba ¿cómo quedaría en este “once” Manu Fuster?, pregunté a cuantos me rodeaban y, tras mirarme con cara de, ¿¡qué dice este tío!?, alguien respondió, ¡cáspita! (no dijo “cáspita”, pero ya se hacen una idea ustedes de cuál fue su exclamación), pues, por qué no.
Sinceramente y, sin temor a que me pierdan los colores, creo honestamente que Manu Fuster, podría jugar perfectamente en la Selección.
Hace unos años, los libelos de la capital estuvieron dando la matraca con aquello de “¡Pepito, selección!”, menos mal que no lo consiguieron, porque tras aquello, vino la traca de campeonatos, mundiales y prestigio. Los pseudodiarios capitalinos, son muy suyos; y equilibrados, muy equilibrados y ecuánimes.
De Albacete, no hay nada bueno que llegue mucho más allá de Villarrobledo, por lo que un grito de “Fuster, Selección”, no deja de ser una voz, lamentablemente cateta y casposa, en mitad de La Mancha.
Pero como los manchegos, solemos ser cachazudos y cansinos, repito: “¡Fuster, Selección!”.
Sé que algunos de ustedes se estarán riendo y, en absoluto se lo reprocho, la mayoría de mis ocurrencias, son más bien dignas de un monologuista de feria de una pedanía cualquiera.
Pero no me digan que no les tienta la curiosidad de ver a nuestro Manu, rodeado de finos violinistas. Cualquier cosa menos desentonar, de eso no sólo estoy seguro yo, sino cualquiera que ame el fútbol, ahora si de lo que gusta usted es de los plumíferosde la prensa capitalina o los voceros que gritan en las ondas, tengan la generosidad de perdonarme.
Humildemente, creo que, aunque Manu Fuster juegue en un equipucho de segunda, debería tener la oportunidad de ir convocado con los millonarios que, rodeados de glamur, viven entre algodones.
Más allá de la pasión, los que saben de balompié, apuesto que no consideran estas letras como una simple ocurrencia.