Ya es hora de sacar la cabeza (Opinión)

Sólo ha ganado un partido el Real Sporting en los seis juegos que ha tenido lejos de El Molinón, esto nos permite constatar que hay dos Sportings, el que se desempeña en casa y el que se despeña fuera. Como también hay dos Albacetes, el que gana en casa y el que pierde, sistemáticamente, lejos del hogar. Este año, ambos conjuntos tienen dos almas y el Carlos Belmonte dictará sentencia de si la dinámica continúa igual. A nosotros, claro, nos conviene que el Sporting siga fallón en sus desplazamientos y que el Alba, vuelva a cogerle el punto a sus actuaciones caseras.

Destaca en el balance de los asturianos que han conseguido muchos puntos en los minutos finales de sus partidos, es decir, entienden a la perfección el funcionamiento de la Segunda; hasta el rabo, todo es toro. Este dato debe ser suficiente para saltar al campo bien concentrado y no perder el punto de seriedad, hasta terminada la función. Me temo que lo que le pasó el otro día a alguno de los nuestros, es que se fueron del choque, no lo supieron ni leer ni interpretar y, en Segunda, estas frivolidades se pagan a muy alto precio.

Tras el descalabro de la semana pasada, y obligado por las sanciones, molestias físicas y otros imponderables del juego, Rubén Albés necesariamente tendrá que recomponer el once blanco.

Quiero creer que, durante toda esta semana, se ha hecho terapia de grupo para evitar, en la medida de lo posible, papelones como el que tuvimos ocasión de sufrir el otro día, por cierto, contra los otros asturianos del grupo. El Alba tiene muy buenos peloteros, cuando juegan como ellos saben y triangulan y no pierden la paciencia, avanzan y acogotan al más pintado, pero cuando dejamos nuestra portería desguarnecida, todo lo que se adelanta, lo perdemos en cualquier balón bombeado de lo más normalito.Esta doble faceta de los nuestros nos puede llevar al desasosiego,si no ponemos coto a tanto desorden defensivo.

Choca que, en estos tiempos, con esas envergaduras que se gastan algunos, los porteros sean tan timoratos y se pasen todo el partido, colgados del larguero. Hace no tantos años, porteros que, apenas alcanzaban el metro setenta y poco, eran los auténticos amos del área, salían a despejar hasta el punto de penalti, por arriba eran intratables, pero ahora, no sé la causa, la inmensa mayoría se quedan esperando el inevitable fusilamiento. Con esos guantes maravillosos que tienen y casi dos metros en canal, a veces, parecen payasitos de feria, esperando el pelotazo. Por no hablar de lo patosos que son con la pelota en los pies; el pánico se apodera de la grada, cuando al cancerbero le da por ponerse a hacer algún invento ante un delantero rival. Tarea tiene el cuerpo técnico. El portero, a mi juicio, debería ser un cruce de líbero y águila. Esto no quiere decir, ni por asomo, que la falta de puntos de nuestro Alba, sea exclusivamente debida a la impericia de nuestros guardavallas, no, los puntos que no tenemos, los hemos perdido todos juntos. Porque ¿qué me dicen del hecho de atacar tanto y marcar tan poco?, de eso no tienen la culpa los arqueros, ya que, si en algún partido hubiésemos marcado a su debido momento, quizá no habría lugar al debate de la portería.

El partido contra el Real Sporting de Gijón, debe ser un punto de inflexión y, si no se puede ganar, al menos que parezca que lo hemos intentado. El Alba ha jugado muy bien durante muchas fases de los partidos disputados, así que no veo la razón por la que no habríamos de hacerlo contra los asturianos y, tampoco veo la causa de seguir fallando tantísimo. Seguro estoy de que en algún momento se cortará la hemorragia negativa, tanto en aquella portería, como en la nuestra.