En plena depresión (Opinión)

Llegamos a Éibar en plena depresión, y no es precisamente un buen lugar para lamernos las heridas, o seguir dándole vueltas a nuestras dudas y pensar en sacar algo. Pero esto es lo que hay, la Segunda división tiene estas cosas, cualquiera de arriba puede sucumbir ante cualquiera de abajo. Vamos a tratar de saltar al campo de Ipurúa con esa mentalidad, pero todos sabemos que la cosa será cualquier cosa menos fácil.

La SD Éibar, empezó con dudas, pero ya está donde estará toda la temporada. Los equipos vascos, con todos sus privilegios fiscales, están haciendo las cosas bien, pero a mí me gustaría ver a equipos como el nuestro, gozar de las numerosas canonjías con las que se obsequia a las entidades de aquella mimadísima región española. Seguro que ya tendríamos renovado y reluciente el Carlos Belmonte y, nuestros jugadores tributarían menos y, hasta los árbitros nos mirarían con otros ojos, pero no, nosotros pertenecemos a Castilla-La Mancha, así que tenemos que seguir apechugando con toda nuestra pobreza a cuestas.

No quiero ponerme la venda antes de, presuntamente, morder el polvo en tierras guipuzcoanas, pero se me antoja que la melancolía que sale del vestuario blanco, la vamos a sacar a pasear, quizá, en el campo menos indicado para ello.

Sólo hemos vencido una vez lejos de casa, y los eibarreses, sólo han concedido un empate y una derrota en su estadio; pero las estadísticas están para romperlas y todo el albacetismo está conteniendo la respiración, soñando con la que supondría la victoria más balsámica de la temporada. Los vascos están fuertes y lo saben, por lo que no se fiarán de las intenciones de los de Albés, lo que les hace todavía más peligrosos.

Mucho me temo que, si queremos revertir la situación, tendremos que dar la cara ante los equipos más fuertes y, la SD Éibar, es uno de ellos. El año pasado, sin ir más lejos arrancamos un empate, cierto es que el año pasado, estábamos con otra dinámica, pero históricamente Ipurúa, no ha sido un lugar que se nos haya dadodel todo mal.

Hemos encadenado dos partidos sin perder, pero llevamos sin ganar la tira de tiempo, estamos quizá, saliendo de la depresión, tan es así, que me atrevo a aseverar que, si nos traemos los tres puntos, el Alba habrá desbrozado, definitivamente, el camino que nos debería llevar a los anhelados cincuenta puntos.

Cuesta hablar de un simple partido de fútbol, cuando este país que se llama España está sumido en el más absoluto de los asombros, pero como esto es un diario deportivo, habrá que hacer de tripas corazón y dedicarse a lo perentorio. Estas urgencias las vamos a vivir en Éibar, con lo que ya está todo dicho.

Un empate no estaría mal, pero que nada mal; todo lo que sea mejorar esta intuición habría que festejarlo, porque sumar tres puntos es una cosa de lo más rarita en este año que llevamos.