Escrito por: Rodrigo Quero
miércoles, 06.12.2023
El Albacete Balompié se ha convertido en un equipo de contrastes en esta temporada de la Segunda División. Si bien su ataque ha sido eficaz y ha logrado marcar una buena cantidad de goles, su defensa ha sido frágil y ha sufrido muchos tantos en contra.
En sus primeras 18 jornadas, el Albacete ha demostrado su capacidad ofensiva al anotar 22 goles, lo que lo coloca entre los equipos más peligrosos en el aspecto ofensivo. Sin embargo, este éxito en el ataque se ve opacado por la vulnerabilidad defensiva del equipo, que ha recibido un total de 28 goles en el mismo periodo de tiempo.
Esta falta de solidez defensiva se ha convertido en un problema constante para el cuerpo técnico liderado por Rubén Albés. Con un promedio de 1.5 goles encajados por partido, el Albacete se encuentra entre los equipos más permeables de la Segunda División. Solo el Alcorcón ha recibido más goles hasta ahora.
Estas estadísticas reflejan la complicada situación en la que se encuentra el Albacete en la clasificación. A pesar de su capacidad para marcar goles, el equipo no ha logrado alejarse de los puestos de descenso y se encuentra solo cinco puntos por encima de ellos. La inconsistencia defensiva ha afectado negativamente al rendimiento general del equipo, generando preocupación tanto entre los aficionados como en el cuerpo técnico.
El próximo viernes, el Albacete se enfrentará al Villarreal B en un partido crucial para intentar cambiar el rumbo. El regreso de Agus Medina, quien cumple una sanción tras el enfrentamiento contra el Racing de Ferrol, aportará experiencia y solidez a la defensa. Sin embargo, la ausencia de Ros, expulsado en el último partido, representa un desafío adicional para Albés, quien deberá encontrar soluciones tácticas para suplir su baja.
La clave para el Albacete está en encontrar el equilibrio entre su potencial ofensivo y la solidez defensiva. El cuerpo técnico deberá trabajar duro para corregir.