Escrito por: Bienvenido Picazo
lunes, 01.01.2024
El año que ya tenemos aquí, se presenta con algo de inquietud y no poca incertidumbre, no por la situación actual del Club, sino porque parece que no se ha terminado de dar con la tecla. Mal haríamos en seguir lamiéndonos nuestras heridas y no mirar hacia delante, el pasado ya es inamovible, y lo único que nos puede aportar es experiencia y evitar repetir errores, que no es mala enseñanza.
La clave, naturalmente, pasa por resistir en Segunda como sea, bueno, a ser posible de buenas maneras y generando ilusión en el porvenir; no será fácil, entre otras cosas, porque los rivales no van a hacer concesiones. En cualquier caso, la altitud de miras debe estar puesta en el futuro, pero no en la temporada que viene, sino trazar un plan, para, al menos, las próximas cinco temporadas.
Perder la categoría sería un desastre (otro), pero perder el norte sería infinitamente más grave.
Lo que tiene ahora mismo nuestro Alba, es más que suficiente para cumplir el objetivo, hay plantel y cuerpo técnico de sobra, para mantener un año más en esta endiablada categoría a nuestro equipo. Los jugadores se conocen a la perfección, se ha trabajado la estrategia y se juega bien al fútbol, quizá falte algo de mala leche frente a la portería rival y algo de contundencia y tranquilidad en nuestra área. Algo me dice que esto se le puede aplicar a la mayoría de los equipos de la categoría, lo que sucede es que lo nuestro duele más. Por ello, convendría noautoflagelarnos más de lo estrictamente necesario.
En el nada hipotético caso de que el Alba conserve su estatus en el fútbol profesional, ya se podría ir pensando más seriamente en el salto hacia arriba, porque desde que Skyline tomase las riendas en el Carlos Belmonte, se ha trazado un proyecto de cierto alcance, se ha tenido paciencia y el Albacete Balompié, ha adquirido cierta solvencia social, deportiva y económica.
Está costando más de la cuenta sacar la cabeza, pero si miramos a nuestro alrededor, constataremos que todos, con sus altibajos, están más o menos en nuestra situación. Quiero creer que la mala suerte se irá a otros barrios durante la segunda vuelta y que, más pronto que tarde, el Alba empezará a sumar de tres en tres. Mirar el calendario o la clasificación, está bien, pero no nos llamemos a engaño y no hagamos las cuentas de la lechera, en Segunda, los planes te los cambia cualquier rival, para bien y para mal, ya que se han perdido partidos que estaban ganados la víspera y se han sacado adelante algunos huesos duros de roer. Los apriorismos aquí tienen muy poco recorrido. El cuento ese del “partido a partido”, en Segunda adquiere todo su sentido, ya que sirve de muy poco hacer planes; hay que afrontar cada rival como si fuese una final.
Tengo para mí que sí, que al final llegaremos a la orilla, pero que nadie se haga muchas ilusiones, porque no será tarea sencillapuesto que la ruta está llena de trampas. Habrá que sortear mil obstáculos (no quiero pensar ni en el VAR, ni en los árbitros), sanciones, lesiones y estados de forma, pero si se siguen las directrices del entrenador y sus ayudantes, tendremos buen trecho recorrido.
Si nos ponemos estupendamente objetivos, ¿qué hincha del Alba, si no fuese nuestro, no envidiaría un plantel como el del Alba, un cuerpo técnico como el del Alba, un estadio como el del Alba, bueno, ejem, corramos un tupido velo, y, sobre todo y en todo lo alto: una afición como la del Alba?
Con este cargamento, ¿no es para sentir cierta tranquilidad? ¿a alguien le gustaría, ahora mismo, ver jugar al Alba, contra un equipo dirigido por Rubén Albés?