Escrito por: Bienvenido Picazo
sábado, 27.01.2024
Sólo algunos pesimistas podíamos imaginar un escenario como el actual; será, posiblemente debido a que los viejos hemos visto demasiadas veces esta situación, y otras mucho peores. Cuando todos andan alborozados (y con razón), por ver a nuestro Alba tocar el cielo, siempre suele haber un aguafiestas (tipejos como yo), que tiende a recordar que somos mortales. En estas ocasiones, no se suele hacer caso (y con razón), a personajes que no terminan de saborear del todo la fiesta, porque, para gentes como nosotros, tras los festejos, suelen venir las resacas. Que nos quien lo bailado, sí, pero cómo duele tener que volver a empezar de cero una y otra vez; es muy aburrido, descorazonador y resulta demoledor para la autoestima.
Si tuviésemos ayudas arbitrales, VARes condescendientes, y fajos de billetes en los colchones para comprar a quienes se nos antojase y, sobre todo, regar a verduleras que van de periodistas, pues a lo mejor la situación no sería la que es, pero no suelen darse estas contingencias por La Mancha.
En el fondo me alegro de jugar en una categoría donde no aparecen quienes todo lo prostituyen ¿se imaginan ustedes lo que le pasaría al Alba, si osase jugar bien en faraónicos recintos?, ¡exacto!, no me cabe la menor duda de que seríamos la chachapaleta de la comedia y el hazmerreír de todo el mundo.
De ahí que tengamos que conformarnos y estemos obligados a disfrutar de la Segunda división, porque, hoy en día, no podemos aspirar a otra cosa. Quizá este debería haber sido el sincero planteamiento que habría de haber conjurado a todo el Albacete Balompié, allá por la pretemporada estival.
Ya he dicho aquí que, la mayoría pensaba que íbamos a salirnos por arriba, pero la realidad se nos ha ido echando encima y, nos tiene a todos postrados en el sillón del psicoanalista. Andamos perdidos tratando de encontrar explicaciones al por qué nuestro Alba no termina de dar con la tecla. Barrunto que la respuesta está en cada uno de nosotros; si hubiésemos sido más sensatos, ahora no estaríamos tan desnortados, ya que el estrés se transmite del césped a la grada y viceversa, sin solución de continuidad.
Por más vueltas que le demos, la Segunda es una categoría sumamente complicada, lo que aconteció el año pasado fue un milagro, así que despertemos de una vez del sueño y dediquémonos a fajarnos suspirando por la salvación. Perdón por ser tan monótono, pero no creo que sea ningún desdoro ver a nuestro Alba luchando por la permanencia, jugar unas temporadas en Segunda, es la única manera de asentar un proyecto. Subir, bajar, subir, bajar, es la fórmula idónea para seguir viviendo con inestabilidad, sin modo de planificar nada en serio.
Sirvan estas líneas como una suerte de catarsis y de jarro de agua helada para ver si por fin, conseguimos salir del día de la marmota, dejar de lamernos las heridas, aparcar nuestro orgullo y empezar a desempolvar la humildad que se nos ha extraviado por culpa de esos árboles que no nos dejaban ver el bosque.
Vayamos a Burgos y, por muchos motivos, no despreciemos el empate, por el duro rival que tendremos enfrente y porque volver a sumar nos ayudaría a seguir confiando.
El hecho de no escuchar murmullos ni en la grada, ni declaraciones altisonantes, es síntoma de que hay capacidad de sobra para llegar a la meta.