Escrito por: Hugo Piña
lunes, 25.03.2024
Empate insuficiente para las necesidades del Albacete. En un partido loco, los de Albés dominaron el primer acto con gol de Quiles para terminar sucumbiendo en la segunda. Vaclík atajó dos penaltis que mantienen vivo a un equipo que mostró sus todas cartas: emoción en la primera parte y bajón en la segunda. El Alba sigue en descenso.
Lunes de pasión en el Belmonte. Con la necesidad acuciante por los últimos resultados llegan Albés y Albacete Balompié a una cita donde se inauguraron las nuevas luces en los prolegómenos del partido. Vital, fundamental, crucial. Cualquier calificativo era plausible para un equipo que el fin de semana había caído a la zona de descenso.
Con la ausencia de Riki Rodríguez en la medular pero con Marchan y Lander en el doble pivote comenzó un partido que olía a final. Planteando un 4-2-3-1 Albés mostró que Manu Fuster puede actuar también de mediapunta, ya que suya sería la gran acción del gol en el 1-0 de Alberto Quiles a los 26’ minutos. La acción en sí fue una muestra de la capacidad de un equipo al que le cuesta una enormidad marcar pero que juega al fútbol como pocos. Identidad, carácter y falta de precisión. Al menos en esta ocasión Quiles, que llevaba sin marcar desde finales de noviembre, se reencontró con el premio del gol merced a una delicatesen de Manu Fuster.
El gol no varió en demasía las intenciones de unos y otros. Los racinguistas siguieron mostrándose incisivos con Nico Serrano e Iker Losada, mientras que los albacetistas, capitaneados por Fuster, acechaban a Cantero. Juanma García tendría superada la media hora el segundo gol del Alba, pero su cabezazo se marcharía rozando el poste. Los de Albés estaban bien plantados y apenas dejaban hueco a la magia visitante con Losada o Serrano.
Con el resultado a favor le tocaba al Albacete lo más difícil hasta la fecha. Aguantar el resultado. El técnico gallego permeabilizó su medular en busca del equilibrio a través de un pragmático Raí Marchan, quien pese a llegar el último mostraba dotes de equilibrista.
SEGUNDA PARTE
Y todo lo bien que se hizo en el primer acto, se deshizo cual azucarillo. Primero con un penalti por manos de Kaiky en el 49’ y que salvaría Tomáš Vaclík con una gran intervención a Álvaro Giménez. Empanada inicial de un Albacete que sin embargo minutos después volvería a ceder con una acción mal defendida y donde Iker Losada conseguiría igualar 1-1 en el 57’.
Se deshacía el Alba como un azucarillo y Albés se veía obligado a variar su esquema con la salida de Marchan y entrada de Higinio. Y la salida del de Calasparra mejoró al equipo, estirándolo y conformando buenos minutos con dos grandes acciones de gol: ni Kaiky a bocajarro ni la validez del de Higinio sumaron a un Albacete que mejoraba parcialmente las sensaciones.
Pero la suerte no estaba del lado manchego. Mejor en esa fase de partido concretó una acción brillante de Higinio que finalizaría el mismo con un cabezazo al palo. No era la noche y el de Calasparra se quedó con la miel en los labios.
Y cuando todo puede ir a peor, la cosa siempre va a peor. Penalti en contra, el segundo, cometido claramente por Carlos Isaac. Pero Tomáš se erigió el héroe salvador del Albacete parando su segundo penalti. Esté a Heber Pena.
El empate parece insuficiente para el Albacete, sin embargo, la realidad es que la permanencia solo queda a un punto y quizá eso sea lo más positivo para un equipo que incomprensiblemente se cayó físicamente en la segunda parte.