Escrito por: Hugo Piña
domingo, 14.04.2024
Triunfo casi a la épica de un Albacete Balompié que jugó más de una hora con uno más. Alberto Quiles doblegó a un muro llamado Juan Soriano en el 71’ y de penalti. Había que ganar como fuese y se ganó. Alberto González suma su primer triunfo como entrenador del Alba y lo hace para seguir vivo en la pugna por la permanencia.
Accidentado partido el que se vivió en la tarde de este domingo en el Carlos Belmonte por parte de Albacete y Tenerife. Y es que arrancó el choque con la pésima noticia para los manchegos de una caída de hasta cinco futbolista en la convocatoria. Molestias físicas de una y un virus de otro obligaban a Alberto González a plantear un once de circunstancias con Juan Antonio Ros de central y Raí Marchan en el pivote. Las bajas de última hora de Djetei, Kaiky, Lander y Riki, además de la de Jonathan Silva condicionaban por completo una final que era eso, una final para el Alba.
El encuentro siguió como había iniciado: accidentado con hasta dos paradas del juego por sendos sustos en las gradas del Belmonte. Dos aficionados necesitaban de asistencia médica en una primera parte donde fútbol había poco. Y por si todo esto fuese poco, el Tenerife se quedaba con 10 pasada la media hora tras una doble amarilla a Sergio González. Los canarios se quedaban con uno menos en un partido tremendamente feo para el espectador, y no solo por el asfixiante calor que había en la capital a las cinco de la tarde.
Como decimos, poco o nada de fútbol en un partido que era un todo o nada para los intereses del Alba. La apuesta doble de Alberto con Higinio y Quiles no surtía efecto y Fidel era de lo poco efectivo en su primer acto. Pocas llegadas, interrupciones del juego constantes y la vida del Albacete en juego ante un Tenerife que estaba en inferioridad. Pocas primeras partes recordará así de feas el aficionado albacetista.
SEGUNDA PARTE
Se reanudó el partido con más vigor en ataque por parte del Alba. Quiles en los primeros compases dispondría de la primera gran ocasión de gol pero su chut se iría rozando el palo. Mejor los de Alberto que un Tenerife que lo fiaba todo a algún error a la contra y a defenderse ordenadamente. Garitano sabía de los problemas ofensivos de un equipo que jugaba casi a placer en zona de tres cuartos.
Parecia no querer ganarlo el rival ante un Albacete que le ponía cabeza y corazon pero al que le faltaba acierto. Fidel, Fuster, Agus Medina, Marchan… todos tuvieron su oportunidad, y todos fallaron ante un Juan Soriano gigante que una y otra vez deshacía las ilusiones del Alba en su lucha por la permanencia. El meta sevillano disfrutaba del infierno y una y otra vez se mostraba como un imposible para los de blanco.
Con todo a favor, Manu Fuster agitaría su varita para generar un penalti claro tras falta sobre su pierna derecha. Pero ahí estaba Soriano, ante un Quiles que no titubeó y que empaló a portería para, en el 71’, anotar el 1-0 e inyectar adrenalina en vena al Albacete en su lucha por la permanencia.
El onubense anotó su cuarto gol consecutivo con la elástica del Alba e insuflaba de aire a un equipo que carecía de la diosa fortuna en área rival. Con uno más sobre el verde y con 1-0 en el marcador quedaba ver de lo que era capaz el equipo de Alberto González.
Pero incomprensiblemente el Tenerife no dio el paso hacia delante. Pertrechados en defensa, los de Garitano dejaron escapar al menos la posibilidad de herir a un Albacete que a la contra tendría la sentencia. Escriche no acertó y el partido se languidecería con una sufrida pero balsámica victoria manchega que le sirve para seguir vivo en la lucha por la permanencia en el fútbol profesional.