CRÓNICA | Punto para los 50 y homenaje a Don Manuel Fuster Lázaro (2-2)

Punto final y punto para los 50 del Albacete (2-2). Ros primero y Quiles después rubricaron un gran partido ante un Mirandés que se jugaba la vida en el Belmonte. Un mal inicio de la segunda parte condenó las posibilidades de ganar para un Alba que homenajeó a Don Manuel Fuster Lazaro en el que fue su último partido en el Belmonte.

Con la permanencia en el bolsillo desde el pasado lunes, el Albacete Balompié afrontó su último partido como local en el Belmonte ante un Mirandés que se jugaba el todo por el todo. Los burgaleses tenían como objetivo sumar en positivo en su visita a La Mancha y aspirar a sentenciar la permanencia la próxima semana ante el Amorebieta. En suma, un partido marcado por el adiós a Manu Fuster después de cinco temporadas y un reconocimiento unánime a Alberto González por su inyección de moral desde que cogió el cargo allá por el mes de marzo.

Con un once titular novedoso, el Alba sabía de sus circunstancias y las del rival. Alberto quería seguir ganando para demostrar las capacidades de un equipo que rozó el infierno pero que desde su llegada ha tocado el cielo. Bernabé saltó de inicio en lo que pudo ser su último partido mientras que en defensa Kaiky y Ros ejercieron de taponadores junto a Julio y Carlos Isaac. Lander y Riki por su parte volvieron a ser los pilares del equipo en la medular una vez más.

Manu Fuster ejerció de capitán en el día de su despedida en la izquierda mientras que Fidel y Quiles se intercambiaban la derecha. Higinio jugó de referencia para un Albacete que esperaba disfrutar del último partido del mago Fuster con la camiseta del murciélago. Al menos de momento.

El partido en sí parecía tener poca historia en clave manchega. De hecho, inició mejor el Mirandés el duelo con constantes internadas tanto por la banda de Gabri como con Carlos Martínez. Los de Alberto esperaban su oportunidad en el partido mientras el Mirandés miraba de reojo lo que ocurría en el resto de estadios de LaLiga Hypermotion.

Con el paso de los minutos el Alba mejoró sustancialmente su ritmo de partido. La cadencia tanto en el perfil zurdo como con Fidel mostraba un equipo más vertical al que los miedos se le habían ido por completo. Enfrente un Mirandés que ya no se mostraba tan suelto y al que los nervios comenzaban a atenazarles. Entre tanto, avisarían Fidel primero y Ros después con sendas acciones de quilates para un Albacete que se sabía superior en la fase ofensiva.

Y para entonces llegó el gol de Juan Antonio Ros (1-0). El destino quiso que el cartagenero anotase su primer gol con la camiseta del Alba en una tarde de homenajes donde su figura también debe ser ensalzada. El de Los Nietos aprovechó el último servicio de Manu Fuster en el Belmonte cabeceando un gran servicio del mago. El fútbol es tan bonito como caprichoso; los últimos goleadores del Alba han sido Juanma, Glauder y Ros, tres de los jugadores más criticados durante la temporada y que ahora con el equipo ya salvado consiguen la redención.

SEGUNDA PARTE

Malísima reanudación manchega ante un Mirandés que en el descanso hubo de hablar muy en serio. Javi Martón en el 48’ y Gabri en el 51’ remontaban el gol de Ros cuando muchos aficionados ni tan siquiera habían tomado asiento. Mal los de Alberto con un comienzo pésimo donde el rival también jugó su baza.

Alberto retocó su planteamiento tras ver lo ocurrido con variaciones muy ofensivas quitando a Ros y su doble pivote para dar entrada a Pacheco, Juanma y Agus Medina. El técnico malagueño quería rebrotar las magníficas intenciones iniciales con un guión de partido en el que tener la pelota pero buscar la incisión.

Y fruto de ello llegaría después el gol de Alberto Quiles para, tras asistencia de Manu Fuster en este si su último servicio en el Belmonte, igualar a dos (2-2) ante un necesitado Mirandés. Objetivo conseguido del malagueño.

Ttas ello lo que llegó fue la despedida a Manu Fuster en el 78’. Con todo resuelto para el Alba, Alberto supo dar merecido reconocimiento al mago valenciano con un Belmonte que rindió su homenaje a Fuster. El guión de partido por entonces estaba roto y los jabatos de Lisci pudieron volver a ponerse por delante pero Bernabé evitaría el gol con una acción de quilates bajo la misma línea de cal.

En los minutos finales se notó el cansancio visitante mientras que el Alba no quiso hacer más daño. El empate, a sabiendas de lo que ocurría en Lezama con el Amorebieta ante el Espanyol, servía para depender de sí mismos los burgaleses en la última jornada. Con todo, fiesta en el Belmonte que ve como su Alba consuma los 50 puntos y el final de la temporada.