Escrito por: Bienvenido Picazo
martes, 21.05.2024
Se antoja complicado resumir en pocas palabras lo que ha sido, mejor dicho, está siendo la presente temporada; intrincado porque ha habido de todo menos lógica, este sindiós, se ha llevado por delante a un buen entrenador y ha puesto en circulación a un perfecto desconocido.
Mi vanidad no llega hasta el extremo de decir “ya lo decía yo”, porque hace un mes era de los que decían que ya había que estar preparando la vuelta a Segunda tras pasar por la 1ª RFEF, que mejor asumir el descenso y a otra cosa. Hoy, tras el éxito inmaculado, no me queda otra que seguir estudiando, porque francamente, de fútbol sé más bien entre poco y nada.
Uno de los equipos que mejor fútbol hace de toda la categoría ha tenido que llegar al precipicio y resurgir de sus cenizas y ¡de qué manera! Nadie en su sano juicio, ni siquiera Alberto González, se cree lo que ha pasado, pero nadie en sus cabales, puede negarle el más mínimo elogio a quien desde la más absoluta nada, ha puesto al Albacete Balompié otra vez en circulación.
Y la suerte, ay, la suerte, desde que se despidió al gran Rubén Albés, la baraca cambió de signo y, ahora, hasta los postes nos sonríen y nuestros enanitos la enchufan con la cabeza. La suerte y la afición, ¡qué afición tiene el Alba! Cuando pintaban bastos y más bastos, el Carlos Belmonte jamás bajó los brazos ni se ensañó con quien no tuvo nada más que contratiempos absurdos, la afición blanca, más parece formada por doctores en filosofía y análisis que por hooligans violentos. Ver la enésima demostración de señorío en La Cerámica, no es más que una muestra más de lo orgullosos que debemos sentirnos todos, por tener al mejor número 12 que se pueda imaginar, así, sí se puede trabajar.
Sé poquito de números y estadísticas, pero una buena porción de porcentaje del éxito de la salvación, hay que atribuírselo a los miles de pacientes y sensatos aficionados blancos. Por supuesto que los lunáticos (de lunes, ojo), que tuvieron el cuajo de llegarse hasta Villarreal, merecen capítulo aparte.
Quedan dos jornadas (¡quedan dos jornadas y ya estamos salvados!), para festejar, pero no para emborracharse y perder el norte, es el momento de sentarse a planificar una temporada que se antoja fundamental para el devenir de nuestro amado Club. Hace un mes estábamos echando cuentas del grupo que nos tocaría y hoy, ya sabemos a ciencia cierta que volveremos a enfrentarnos a la mayoría de nuestros rivales de este año. El chute de autoestima que acabamos de recibir nos debe servir para seguir con los pies en el suelo, y para lanzar las tres próximas campañas, este final estratosférico, tiene que ser el punto de partida del definitivo anclaje del Alba en la Liga de Fútbol Profesional.
Ya sabemos que contamos con un buen entrenador, que tenemos un buen plantel y que el verano será largo, lo demás vendrá por añadidura. Después de tanto sufrimiento y tanta incomprensión, toca seguir tirando de sentido común, la afición ya ha demostrado sobradamente su buen talante, es el momento de que la propiedad dé un pasito adelante y se deje de cicaterías.
Albacete seguirá siendo ciudad de primera, aunque juegue en Segunda.