Escrito por: Hugo Piña
viernes, 16.08.2024
Muchas miradas se centraron anoche en la portería. Años después, el Albacete Balompié ha renovado por completo la demarcación después del eterno debate pasado que hubo bajo los palos. Tanto es así que el Club tuvo que echar mano de Vaclík con el mercado ya cerrado para reforzar la meta el curso pasado.
Este verano y tras la marcha de los tres porteros en nómina, el Club decidió moverse rápido y alejar cualquier tipo de duda. Raúl Lizoain del Cartagena y Cristian Rivero del Valencia (en calidad de cedido) engrosaron las filas del Alba con el deseo de -por fin- aumentar las dudas habituales sobre la portería.
Anoche en el debut liguero, Alberto se decidió por la experiencia de un Raúl Lizoain que dicho sea de paso dejó alguna duda en pretemporada. Para el recuerdo queda aquel gol de Juanto Ortuño en Pinatar desde el centro del campo.
Sin embargo, el cancerbero canario dejó atrás cualquier atisbo de duda y articuló un gran partido. Con nota y salvando al equipo cuando tocaba. Acciones de mérito y sensaciones de entrar en el juego colectivo del Alba de Alberto.
Ademas, y dada su experiencia, Lizoain transmitió gran seguridad y calma a sus compañeros cuando tocaba. El Granada fue con todo y Raúl mantuvo en todo momento a raya a futbolistas del nivel de Uzuni, Weissman o Manu Trigueros, entre otros. En los goles de Miguel Rubio poco pudo hacer el grancanario, que contó en todo momento con el aliento de los más de 400 albacetistas desplazados a la ciudad de Granada.