Cartas al director: «Albacete merece más»

Escrito por: 5 más el descuento

sábado, 28.09.2024

Llevaba algún tiempo planteándome opinar (públicamente) sobre la situación pretérita y presente de nuestro querido Albacete Balompié, pero bien es cierto que no sabe uno, primero, hasta qué punto le merece la pena exponerse, y segundo, si servirá de algo y le compensará.

En plena resaca mañanera post partido, no obstante, los titulares colman la realidad y por qué no decirlo, la paciencia de un servidor (con “veintitantos” años de abono, por cierto); y es que el Albacete Balompié se inmiscuye en una deriva previsible y dolorosa con la que, por desgracia, de nuevo vamos a sufrir los mismos: los buenos aficionados, los que queremos al Alba con el corazón.

“Ridículo”, “desastre”, “bochornoso”, “triste”, “naufragio”, “festival de errores”, “no vamos a ningún lado” (pueden leerlo lentamente y pararse a reflexionar): solo son algunos de los calificativos que la prensa local, e incluso algunos jugadores en rueda de prensa, emplean para tipificar la situación actual del equipo. ¿De verdad esto es lo que queremos en el Carlos Belmonte? y lo peor, ¿de verdad nadie ve venir la debacle, teniendo en cuenta los antecedentes recientes del club? Lo dejo al parecer de cada lector. En mi opinión, sinceramente pienso que la obra es previsible: se masca la tragedia y hay que tomar medias de manera inminente (y fulminante). Año tras año caemos en el mismo error: armamos una buena plantilla, y rozamos la gloria; en la siguiente temporada “desbalijamos” al equipo, nos salvamos bajo el bocinazo… y el siguiente curso… ¡todos conocemos qué ocurre en ese tercer y último curso consecutivo! Quien tiene que tomar decisiones, ¿no lo conoce ya?.

¿No será que algo se está haciendo regular? Comentaba ayer con otros buenos aficionados algunos datos que parecen objetivos (sobre esta temporada, pero que han sido el “ABC” de años anteriores). No es susceptible de opinión, sino de contraste que: Lalo no ha debutado con la camiseta blanca en competición oficial, en una posición, la de central izquierdo, que seguramente sea la más débil de nuestra plantilla (¿para qué se hacen este y otros fichajes?); otros jugadores como Diego González o Nabil apenas han intervenido testimonialmente (Reymao, Ergás, Furtado, Capezzi, Bolívar); jugadores de la talla de Jon Morcillo, Higinio, Lazo, Javi Rueda, vieron el grueso del partido desde el banquillo; el primero de ellos (JM – delantero) acaba jugando de lateral izquierdo; Alberto González (López Garai, Alejandro Menéndez) viene a entrenar a un equipo dos categorías por encima de su nivel original; el Albacete Balompié es el equipo más goleado de la categoría y de los que menos veces tira a puerta rival. Esto insisto, son datos reales no cuestionables, no son juicios de valor. De ésta última parte, no entraré a analizar aspectos como el estilo de juego o la intensidad (que para mí, y a día de hoy, son claramente deficitarios y que requieren un cambio urgente) o la calidad de algunos futbolistas. Eso lo dejo al arbitrio de cada aficionado, cuya opinión es plenamente respetable.

Evidentemente también hay cosas buenas (como Manu Fuster) pero que por desgracia, están dejando un sabor eminentemente amargado, por todo lo anterior, en el final de la avenida de la estación.

Es por ello, por lo que hago un llamamiento claro a todo lo que rodea al albacetismo, sean aficionados, futbolistas, consejo de administración, dirección deportiva: tenemos que ser más exigentes con nosotros mismos; no podemos caer año tras año en el mismo burdo error; y sobre todo, no debemos confundir aquello de “si fuese fácil, no seríamos del Alba” con hacer partido tras partido un ridículo espantoso; no debemos confundir términos y caer en el aplauso fácil que oculte nuestro verdadero sentimiento de decepción. La fiel afición del Albacete estuvo, está y estará siempre, pero también merece, y debemos exigirlo, ser tratada con respeto. Y nada tiene que ver esto con el resultado obtenido; aún recuerdo algunos partidos como el Albacete-Levante de hace dos temporadas, en liga regular y que si la memoria no me falla finalizó con derrota por 2-3, en el que me fui orgulloso de mi equipo por su hambre, su lucha y su entrega. Tiene que ver con la imagen que desprende a día de hoy el plantel, como otrora ocurriere, y que ya nos suena cual redoble de tambor que presagia reiteradamente la muerte del astado. Nada tiene que ver con tener claro cuál es nuestro sitio y objetivo: los 50 puntos. Diría que el buen y humilde aficionado del Alba no va a exigir nada más. Pero insisto, debemos hacernos respetar y exigir algo a cambio: que se adopten medidas que corrijan los errores tan groseros que se cometen año tras año, y de los cuales nada se ha aprendido. Sin señalar a nadie ni a nada, y con todo el respeto sea dicho.

Señoras y señores, Albacete es la mejor ciudad de Castilla-La Mancha, por población, ocio, tejido empresarial, turismo y feria, calidad y calidez humana de sus gentes. Sencillamente, Albacete merece más.

José Ernesto Palencia.