Escrito por: 5 más el descuento
lunes, 16.09.2024
Desde su llegada mucho se habló del buen hacer del Albacete de Alberto. Ya la temporada pasada, el técnico malagueño apostó por un fútbol sencillo a la par que pragmático. Funcionó muy bien y el equipo, tras pasar apuros con Albés, consiguió solventar por entonces la permanencia en LaLiga una campaña más.
Y el nuevo curso arrancó de manera inmejorable. Dos victorias en los dos primeros partidos ante Granada y Elche auguraban una temporada ilusionante en lo deportivo. Pero, nada más lejos de la realidad. Málaga, Eibar y Mirandés han mostrado las carencias que ya en pretemporada se veían de manera sibilina. Golpe de realidad ante tres rivales que merecieron ganar pero que tampoco hicieron mucho más y que de paso hacen marchitar ‘la flor’ de Alberto.
En suma, preocupa y mucho la imagen ofrecida por los de Alberto desde hace semanas. Por poner un ejemplo, el partido ante el Elche se ganó con fortuna y aprovechándose del error rival. Ocurrió un día, no todos los fines de semana. Es más, a la semana siguiente se dio la vuelta a la tortilla y se contabilizaron errores propios: Quiles y Alcedo en La Rosaleda desnivelaron el marcador. No contentos con eso, una semana después sería Lizoain, quien con su grosero y penoso error volvería a determinar el segundo resultado en contra de manera consecutiva. Estaba claro que la flor comenzaba a marchitarse…
Y ahora llega el -justo- resultado en Anduva frente a un Mirandés que sin ser mucho mejor sí creyó en la victoria. Tanto es así que la consiguió aprovechándose de nuevos y flagrantes errores defensivos y poniéndole coraje cuando tocaba. La otrora flor parece haberse marchitado ya, de ahí el titular del presente artículo, y con ello la fortuna y los triunfos pasados. Alberto necesita madurar muy bien lo que quiere porque si este es el equipo que quiere -previsiblemente- no se comerá el turrón como técnico del Albacete. El fútbol son resultados y hasta ahora lo único que parece claro es que hay que cambiar muchas cosas.