Escrito por: Rodrigo Quero
domingo, 29.09.2024
Hacía tiempo que el Carlos Belmonte no vivía una noche tan tensa como la del pasado viernes, cuando el Albacete fue goleado por 2-5 ante el Deportivo de La Coruña. Los aficionados, visiblemente molestos, hicieron notar su descontento con una oleada de pitos durante gran parte del partido, especialmente en la segunda mitad. El ambiente de crispación reflejaba el malestar con la imagen ofrecida por el equipo, que dejó muchas dudas tanto en defensa como en ataque.
Pese a que el Albacete se mantiene en la mitad de la tabla tras siete jornadas, con tres victorias y cuatro derrotas, el estilo de juego y la falta de regularidad están generando preocupación. En varios tramos, el equipo ha dejado buenas sensaciones, pero no ha logrado mantener un rendimiento constante, lo que ha derivado en actuaciones grises, como la del viernes ante un Deportivo recién ascendido, con dudas y pocos goles a favor.
Alberto González, en la rueda de prensa previa, había señalado que se normalmente se necesitan unas diez jornadas para que el equipo, con muchas incorporaciones nuevas, encuentre su forma ideal. Sin embargo, la goleada en casa y la mala imagen ofrecida ante la afición no hicieron más que aumentar la tensión. Los pitos no solo se dirigieron a los jugadores por su rendimiento, sino también al técnico, cuyas decisiones durante el partido fueron muy criticadas.
Con dos derrotas en tres partidos en casa, el descontento de la afición es evidente. Aun así, lo positivo sigue siendo la clasificación, donde el equipo se mantiene fuera de los puestos de descenso. Sin embargo, la paciencia de los aficionados parece estar llegando a su límite.