Escrito por: Bienvenido Picazo
viernes, 20.09.2024
No queda más remedio que tratar de poner la mejor de las carasante la nueva cita del Alba. Volvemos al lugar donde, quizá, empezó todo. El año pasado en La Malata, tuvimos ocasión de ver el partido más tremendo de todo el campeonato y, para variar, la balanza se inclinó del otro lado. Fue allí donde la mala suerte y la torpeza propia, tanto monta, empezó a enseñorearse de todo el albacetismo y todo se fue al traste. Si aquella aciaga noche, el Alba hubiese ganado (como mereció), no estaríamos ahora donde estamos. Pero aquello ya es historia y, con no repetirla, debemos darnos por satisfechos.
No ha sido Ferrol un destino que el Alba haya visitado en demasía, apenas seis veces y todas en este siglo, con lo que digamos que el Racing blanquiverde es un rival de nuevo cuño. En principio los ferrolanos y nosotros estamos condenados a jugar por los mismos objetivos, en realidad por uno solamente: la permanencia. Son uno de los dos equipos que todavía no conocen la victoria, pero tal y como venimos nosotros, no creo que eso sea especialmente motivante. El Alba debe empezar ya a eliminar fantasmas y ponerse a jugar al fútbol porque hay equipo, hay mimbres suficientes para hacer un buen papel, lo único que nos sobra es el fardo que nos hemos colocado a la espalda y que hace que la sangre no riegue bien el cerebro. Nuestro centro del campo está obturado y, con él, el resto del plantel, banquillo incluido.
Espero que durante la semana se haya incidido más que nunca enla cosa psicológica porque, mientras no se demuestre lo contrario, la abulia y el deambular cual sonámbulos que hemos visto estas últimas jornadas no se cura con mejor forma física o practicando el lanzamiento de faltas, se necesita una sacudida y un despertar. La siesta está durando demasiado tiempo y el personal, nos empezamos a incomodar con tanta derrota sin honor.
La mejor noticia sería traernos un buen botín desde tan lejos, porque comenzaríamos a meter presión a nuestros directos competidores y empezaría a enderezarse nuestra autoestima. Me figuro que ellos pensarán tres cuartos de lo mismo, sin embargoresulta imperioso dar muestras de respeto, antes de que se corra la voz por toda la categoría y nos tomen todos por el pito del sereno.
Partido pues entre iguales y con urgencias, de lo que se deduce que no veremos el partido del siglo, pero no hay nadie entre los nuestros que no desee otra cosa que la victoria, ya habrá tiempo para filigranas. De todas maneras, el del año pasado, sí fue el partido del siglo.
Alberto González y su gente, tienen otro nuevo Rubicón, otra prueba de fuego, puesto que, más allá de las excusas, el cuerpo técnico ya ha interiorizado que están viviendo de las rentas y, eso no son maneras de afrontar un curso que apenas si acaba de echar a rodar. No hay espadas de Damocles, pero quien más y quien menos, está mirando por el rabillo del ojo.
La afición del Albacete Balompié, se merece que los nuestros nos ofrezcan ya un partido serio y que nos devuelva la sonrisa.