Escrito por: 5 más el descuento
domingo, 24.11.2024
Había que ganar y se ganó. Poco más se puede decir de un partido malo donde las dinámicas de locales y visitantes condicionaron sobremanera cualquier intención. Higinio de penalti y Morcillo en las postrimerías ajusticiaron a un Tenerife que parece en decadencia. Tres puntos más y se rompe la racha negativa.
Necesitaba ganar el Albacete Balompié para romper su mala dinámica de cinco partidos sin hacerlo. Enfrente, un Tenerife que sorprendentemente se sitúa penúltimo en la clasificación con dos ex como Tomeu Nadal y Maikel Mesa sobre el verde, y José Miguel Garrido y Mauro Pérez en el palco. Un rival en declive y que buscaba en el Belmonte engancharse a la vida.
Alberto planteó un once ofensivo con la entrada de Javi Villar en el doble pivote y el regreso de Juan María Alcedo al flanco zurdo. El objetivo era romper la mala racha de resultados para reanimar la difícil situación manchega, que roza los puestos de descenso. En cuanto al comienzo de partido cabe destacar el gran respeto entre equipos, a sabiendas -ambos- de la delicada posición clasificatoria que vivían manchegos y tinerfeños.
Ni Tomeu Nadal ni Lizoain tocaban bola alguna, sinónimo claro del tosco partido que se vivía en un Belmonte donde el horario de las dos de la tarde menguó asistencia. Como fuere, ni los locales ni los visitantes conseguían encadenar momentos de buen juego con el que al menos llegasen las ocasiones de gol. Y entre tanto, Higinio se inventaría un penalti superada la media hora de reloj. Acción clara en la que el de Calasparra conseguiría el (1-0) a los 33’ de juego batiendo a Tomeu Nadal.
Primer disparo a portería rival y gol. El Alba vencía con lo justo pero vencía, aunque no convencía sobre un Tenerife dormido donde Maikel Mesa parecía ser de lo más ofensivo. Con todo, ni Alberto ni Pepe Mel debían estar muy contentos con lo visto en un primer acto donde las situaciones de gol se ausentaron y el centrocampismo ganaba por goleada. Con todo y con ello, el choque se enfilaba a vestuarios para reponer energías de un domingo donde solo Higinio parecía destacar.
El segundo acto se reanudó con las mismas intenciones de unos y otros. Al Alba le costaba (mucho) y el Tete no podía dada su difícil situación psicológica y clasificatoria. Los de Alberto ya habían hecho una permuta por lesión de Villar y entrada de Pacheco, que desde la medular intentaba equilibrar el juego y dar el pase filtrado. La realidad es que el guión de partido seguía con la misma monotonía y la evidente falta de apatía.
Alberto Quiles a punto estuvo de romper los esquemas de partido tras una gran acción ofensiva en la que regateó a Tomeu pero su disparo sin rival, ya sin fuerzas, no conseguiría dirigirlo acertadamente. Se salvaba el Tenerife en un partido que languidecía sin grandes prestaciones ni de unos ni de otros.
Sin embargo, y contra pronóstico, lo que llegó fue el empate del Tenerife (1-1) a los 77’ obra de Maikel Mesa. El canario pidió perdón pero ajusticiaria a una defensa pésima y donde Lizoain evidenciaba su regular condición. El partido entró -de forma sorprendente- en un correcalles en el que Jon Morcillo a los 81’ volvería a adelantar al Albacete (2-1). El vasco volvía a anotar con la elástica manchega tras una gran acción ofensiva en la que el juego a la espalda canaria serviría de gancho.
Los últimos minutos fueron un todo o nada entre dos equipos que se encuentran condicionados por su momento actual. Y en esa lucha, el que vive el Alba es menos malo que el de un Tenerife totalmente deprimido. Morcillo dio buena cuenta para castigar al rival y de paso volver a sumar de tres para los de Alberto.